El espectáculo con el que sueño hoy es un teatro al estilo Pollock. Un espectáculo en el que la escritura, el movimiento, la imagen y el sonido se proyectan y superponen aleatoriamente en el espacio, como tantos chorros de pintura en el lienzo. El significado literal de las obras, para mí, ha tenido su día. Ya no quiero entender lo que veo u oigo en presencia de creaciones vivas. No es que lo entienda todo, pero muy a menudo entiendo demasiado. Pero no vengo aquí para eso, sino para enterrarme en un amasijo de espacios mentales como en un lenguaje inextricable.