
El vellocino dormido | Episodio 9 | El hombre sagrado de Jazon
He dicho lo que tenía que decir. Hice lo que tenía que hacer. No le debo nada a nadie. El sabor correcto me rompe las pelotas.
abismo
He dicho lo que tenía que decir. Hice lo que tenía que hacer. No le debo nada a nadie. El sabor correcto me rompe las pelotas.
No se trata de hacer el amor, sino de la sexualidad. Ah tus valores, tus valores, ¡si pudieras ponerlos donde pienso por una vez!
El valor es un tabú, y cada uno tiene su propia manera de convencerse de que no está completamente desprovisto de él.
¡Bonito como un coño que quedaría bien como un filete! El apetito y la voracidad por las representaciones sexuales se ponen en todas las salsas.
"Por favor, encuentren a mi esposa, pero no llamen a mis padres..." Conducir en dirección contraria en busca de colisiones de vehículos, chapas arrugadas y recuperar la memoria de sus átomos.
Como dice Víctor sobre la araña y la ortiga -no el Dr. Frankenstein, sino su amigo el viejo Hugo-, amo el odio porque lo odiamos.
El verdadero individuo, al aventurarse fuera de su habitación de aislamiento, se desmaya al contacto con el aire. Se niega a encarnarse de forma legible en sus palabras y actos
Intento de evasión social | Aquí no hay lugar para la charla social. Ni siquiera en una buena mañana. Y menos mal.
El tiempo se vela hacia atrás, arroja un tul teatral sobre la visión detallada de los antiguos crímenes. La belleza trágica de la historia es más agradable que el horror inminente.
Estoy testificando desde donde estoy. Como buen arqueólogo, creo mi propia ruina. La soledad de los campos de la infancia no es la misma que la soledad de los campos de la edad adulta.