El vellocino está dormido | Una serie de sexo antiguo
EL VELLÓN DUERME
Un ciclo de creaciones de DAVID NOIR | 1er período: Los solos de JaZon
"El vellocino duerme" es la historia de una infancia que se sexualiza en un puritanismo ambiental a través de una búsqueda fantástica y absurda: crecer.
Un proyecto editorial a favor de una forma escénica permanente y difusa.
Barco plano que va en el agua. Sólo una persona a bordo para salir. ¿Habrá polizones?
Un espectáculo de variedades con temas diversos y variados:
El Espectáculo y el sabor del Poder - Parece que el Respeto es un Valor - Parece que el Mundo no está hecho de Seguidores - Parece que los Artistas son Simpáticos y que Crear es Guay - Parece que insultar a los Traidores, Parece que ser Libre es tener Límites - Parece que un autor tiene una profundidad - Parece que ser Cobarde depende de las Circunstancias - Parece que ser Hombre requiere Sacrificios - Parece que el Sexo y el Derecho se descomplican cada vez más - ¿Hay una sexualidad del Derecho? ¿Se adhiere el pene a todas las partes? ¿En qué momento forzamos nuestra Apertura al Centro? ¿Ser analfabeto está muy de moda? ¿Un mono que pinta con la cola debe estar en el mercado del arte? ?
"Estoy aquí para hacer el nido deotro hombre bajo la apariencia de un mono amaestrado vestido de todo, disfrazado de ti, cantando y moviéndose y tartamudeando
Hambre Pasta Arroz
Episodio 1
Concepción | Interpretación: David Noir
La pequeña tienda de errores
Episodio 2
Concepción | Interpretación: David Noir
Tuve un compañero de clase
Episodio 3
Concepción | Interpretación: David Noir
Argumento e ingredientes para una búsqueda fantástica y absurda: Crece
Medea el Guenón y JaZon el Pavo Real - dos escandalosos personajes vestidos de monos - son los padres virtuales del avatar del autor que los anima bajo una prótesis de látex. Entre la vanidad familiar y el apetito de poder, se describen las ambiciones de una pareja de poderosos ordinarios, por las que su pequeño títere de niño paga con su carne en total indiferencia. Es la historia de una infancia que se sexualiza en un puritanismo ambiental; en un escenario donde el music-hall y el cine mudo se intercalan entre las ruinas de un teatro moribundo para trazar sus inciertos contornos. Los caminos conducen a una antigüedad de chatarra, vestigio de un universo que nació en un almacén de juguetes, donde los golpes se hacen eco de la ausencia de dinero. La tragedia indefinidamente envidiable de un amor puro y roto viene a expresarse en la filigrana de esta soledad, bajo los comentarios estruendosos y acerados de los dioses efímeros. Los ídolos del espectáculo adornan el pubis del joven núbil con un volátil vellón rosa, que se derrite como el algodón de azúcar, haciéndose eco de las dulces palabras, que pretenden ser sinceras, de sus padres y del mundo que le rodea.