Mi pene es mi amigo. Es mi privilegio como hombre y como niño. Me gusta ser lo que soy en primer lugar. Me gustan mis impulsos. Me gusta mi sexo cuando está de pie tanto como cuando está flácido.

Mi pornografía

Una exposición de David Noir

MI POLLA
MI AMIGO

A la luz de mi bellota

Mi polla, mi amigo | A la luz de mi polla © David Noir

Viaje | Todo el camino por mi cola rígida

¡Hola pene!

Mi polla, mi amigo | Mi pene feliz © David Noir

exposición permanente | exposición permanente

Autorretrato | Mi pene y mis pelotas en reposo | Mi polla, mi amigo © David Noir
Autorretrato | Mi pene y mis pelotas en reposo | Mi polla, mi amigo © David Noir

Soy un hombre

Soy un hombre. Me gusta ser lo que soy en primer lugar. Me gustan mis impulsos. Me gusta mi sexo cuando está de pie tanto como cuando está flácido. Me gusta vivir exclusivamente a mi ritmo. Soy un individuo, no un animal social. Mi sociabilidad es una mentira para mí, una verdad para los demás. Nada de mi ser íntimo llega completamente al exterior. Sin embargo, cuando me exhibo, a través de la escritura, las imágenes o en el escenario, el trasfondo de lo que me anima se hace inmediatamente visible. Es la situación de vulnerabilidad la única que puede dar toda su fuerza a mi efímera existencia. Esto es lo que me hace aprovecharlo; que pueda estar en disposición de disfrutarlo. Considero con profundo desprecio la fácil imbecilidad de mis contemporáneos, que tiende a valorar el valor no considerarlo como una noción no sólo grotesca, subjetiva e infundada, sino esencialmente una fuente de opresión en todas las sociedades que nos abruman con sus jerarquizaciones, ya sean culturalmente sentenciosas o histéricamente populistas. La ritualización de nuestras vidas es lo peor que nos ha pasado desde los albores del tiempo humano; es decir, lo que se hace, lo que hay que hacer para ser considerado, para integrarse: el uso del aire del tiempo, de la frase prefabricada, la ausencia voluntaria de singularidad, el respeto de los ritos.

J’ai horreur des débats et des idées qui se limitent à être des idées. Je ne souhaite pas d’avenir pour l’humanité en l’état. Je ne crois pas à son aptitude à progresser, à devenir moins stupide et médiocre. J’ai davantage d’échanges avec ma bite qu’avec la plupart des humains. Qu’est-ce que l’humanité en dehors de sa véhémente capacité à consommer et à produire de quoi satisfaire ses appétits de consommation ?

Il faut pourtant avoir un regard effectif et passer outre le réel terrifiant. Il faut pourtant se créer ce regard différent. Il faut pourtant savoir parler pour pouvoir se taire.

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Mi prodigioso espacio mental