El espectador también recuerda su propia infancia, la edad en la que aprende los tabúes.
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Los puritanos

Harvey, psicoanalista, recuerda a su madre explicándole el término "puritano" cuando era niño. "Puritano" incluye rezar y reír. También puede significar el estiércol, el circo, el fango, la mierda, el burdel, la feria, la hipocresía, las convenciones, la demagogia, el dinero, los vicios, el placer, la muerte, la política, la medicina, la iglesia; en resumen, el mundo entero.

Berta, Léa, Jean, Adrien, Betty, Slave, First y Second acuden a Harvey para confiarle sus frustraciones, sus perversiones y sus crímenes. David Noir evoca de forma original temas universales: el amor, la muerte. Y sobre todo el acto sexual, esa "dulce muerte que se arrastra y se instala", en palabras del propio Harvey. Expone sus múltiples variantes, como el incesto, la homosexualidad y la zoofilia.

El escenario se transforma en un escenario de rock. Los actores utilizan micrófonos para recitar o cantar sus textos, y las secuencias se suceden como piezas musicales o como un abecedario que se lee en voz alta.
David Noir sitúa la música en el centro de su trabajo.
También es el creador del musical "El gusano en la fruta". Además de nueve coreografías, "Berta", "moi" interpretada como una parodia de un coro litúrgico, el tema de rap "Opéra" cantado por Harvey y la música del sacrificio final fueron creados por David Noir y el pianista Jérôme Coulomb, que actúa en el escenario. Al autor también le gusta adaptar melodías conocidas. Por ejemplo, reescribió la letra de "A la claire fontaine" y también la del "chanteur de jazz" de Michel Jonaz, que se convirtió en la canción "naze" en la que los actores denuncian el poder de los críticos culturales.
El director no teme mezclar géneros: baladas irlandesas y canciones de exploradores se codean con "My heart will go on", la canción de culto de la película Titanic, y temas de Little Rabbits y Ween. A Harvey le gusta recordar a Sylvie Vartan, como indica la letra del rap que canta: "El tiempo de mis vacaciones vuelve ante mis ojos / Los globos golpean el cielo de las playas de mi infancia / Empuja el transistor para que toque su romanticismo / Y me hace ver a Sylvie que se ha quedado sin gasolina". Hay numerosas referencias a estas canciones a lo largo del espectáculo. Además de un fragmento de "La Maritza", el espectáculo también incluye "On a toutes besoin d'un homme", "Par amour, par pitié" y "Qu'est-ce qui fait pleurer les blondes?

Escribir es un acto íntimo, como la sexualidad. Las almas se revelan mientras los cuerpos de los actores se despojan poco a poco de sus ropas, algo poco frecuente en los escenarios clásicos. Hay un fuerte elemento autobiográfico en esta obra, y el público recuerda su propia infancia, la edad en la que aprende los tabúes que le acompañarán toda la vida si no consigue liberarse de ellos. David Noir nos enfrenta a nosotros mismos. Quienes deseen evitar la confrontación encontrarán sin duda esta obra escandalosa, rayana en lo pornográfico. Pero salimos del Lavoir Moderne con el corazón ligero y Sylvie Vartan en la mente.

(05/00)

David Noir

David Noir, intérprete, actor, autor, director, cantante, artista visual, realizador de vídeo, diseñador de sonido, profesor... lleva su desnudez polimorfa y su infancia disfrazada bajo los ojos y oídos de cualquiera que quiera ver y oír.

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