David Noir pone de manifiesto la emoción. Su presencia oscura y desgarrada orquesta esta ópera pornográfica con la energía de quien sabe lo que significa la violencia.
respublica.fr | Valérie Judde | Los puritanos
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LOS PURITANTES

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Una larga mesa de conferencias, garrafas de agua, dos micrófonos: todo anuncia una conferencia soporífera. Nueve personas vestidas de negro se ponen los maletines y toman asiento. Unos minutos después, todas estas personas se bajarán las bragas y se tocarán sin el menor pudor. Masturbación, felación, sodomía, tendremos derecho a un catálogo exhaustivo o casi exhaustivo de impulsos y fantasías sexuales, desde las más clásicas hasta las más fantasiosas. La "cosa" se declina según una cartilla surrealista y musical. Se invoca a Michel Sardou, Sylvie Vartan, Sacha Distel, y este repertorio ligeramente anticuado recibe nuevos acentos eróticos. Quiero amarte o Lo que hace llorar a las rubias no son tan ingenuos como pensábamos, ni son tan En el Puente Norte o En la fuente clara.

Al parodiar las películas con clasificación X, denunciar la prostitución artística, tratar con padres abusivos, madres castradoras, psiquiatras voyeuristas y cultos hipócritas, David Noir y su banda (sin juego de palabras) destrozan las máscaras de muchas instituciones. Mezclando la crueldad extrema y el humor, exponen enérgicamente nuestras obsesiones. La violación y el incesto son temas recurrentes. Golpear, correrse, matar, comer, defecar, lamer, torturar es humano. Vaciando unas cuantas botellas de vino y bailando, estos diez puritanos desenfrenados lo demuestran sin moderación.
El público es tomado violentamente en cuenta, mirado, desafiado y provocado sin piedad. Algunas palabras, más crudas que burdas, dan en el blanco, provocando una reacción física: estallan espasmos de risa, delatando la sorpresa de haber sido arrojado a los pliegues íntimos. El texto de David Noir da en el clavo: la carne y los órganos se mueven, la mente divaga, ciertos recuerdos resurgen. Pero esta experiencia carecería de novedad si se redujera a una simple provocación. Pero es la infancia la que despierta, bajo los golpes de esta orgía: el descubrimiento del cuerpo, la curiosidad, la soledad y el miedo.

Haciendo que sus actores lean ciertas escenas obscenas y disparatadas (algunas de las cuales no estarían fuera de lugar en Copi o Llamas), adoptando una discrepancia salvadora, a caballo entre el patetismo y la vulgaridad, David Noir hace aflorar la emoción. Su presencia oscura y desgarrada orquesta esta ópera pornográfica con la energía de quien sabe lo que significa la violencia. Por último, saludemos su talento como poeta, que, para nuestra gran alegría, hace rimar "cochecito" con "paja".

Valerie Judde

30/06/00

David Noir

David Noir, intérprete, actor, autor, director, cantante, artista visual, realizador de vídeo, diseñador de sonido, profesor... lleva su desnudez polimorfa y su infancia disfrazada bajo los ojos y oídos de cualquiera que quiera ver y oír.

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