EL SOPLADOR
Mayo / Junio 2000 N°20
La desnudez necesaria
Los puritanos son sobre todos los tabúes del teatro, todas las cosas que nunca se ven en un escenario. Los desnudos son omnipresentes y algunas escenas son francamente embarazosas. The Puritans es un espectáculo difícil de ver; ves cosas que a menudo has visto en las películas, pero que adquieren una dimensión totalmente nueva en la representación en vivo.
El espectáculo trata del abuso, del abuso sexual de un niño, del abuso sexual en general... Y para mostrarnos el abuso, el director y autor David Noir abusa del desnudo, de las escenas de coito, etc.
Una de las reacciones que uno puede tener ante esta obra es de rechazo, y sin embargo, aunque es impactante, no es sólo eso. En algún momento, te sientes fascinado. Los actores son todos muy buenos y están muy bien dirigidos y algunas de las escenas de grupo son realmente sorprendentes. Sí, estamos impresionados. Por ejemplo, la escena en la que todos los hombres atacan a Betty, tocándola y luego riéndose, es realmente apasionante y aterradora.
Los puritanos es, por tanto, un espectáculo del que no se sale indemne, y eso es precisamente lo que busca David Noir: ha querido hacer una obra antiteatral, porque considera que el teatro produce un resultado aburrido y quiere, en cambio, provocar emoción. Lo consiguió, y nunca hay un momento aburrido.
Ingrid Hugnet