Todo lo que tienes que hacer es presentarte, o reservar tu plaza con antelación los días en cuestión, y seguir tu inclinación cogiendo un texto, un micrófono, un disfraz, un actor, etc., o no haciendo nada de lo anterior.
Durante un puñado de horas, estaremos a su disposición para crear con usted el grueso de la tormenta, para propiciar esos momentos de improvisación desenfrenada que activan la maquinaria subterránea de nuestras múltiples atracciones.
Sin embargo, los más reservados deben estar tranquilos, ya que sabemos apreciar los estados de ánimo discretos.