Clément Méric, 18 años
Soy una de esas personas obstinadas que piensan estúpidamente que no hay crimen sin asesino, humo sin fuego y extremismo de derecha... sin extremismo de derecha.
hombre
Soy una de esas personas obstinadas que piensan estúpidamente que no hay crimen sin asesino, humo sin fuego y extremismo de derecha... sin extremismo de derecha.
Detrás de los pretextos, la homofobia, la violencia contra las mujeres o cualquier otro racismo primario, se esconde el odio persistente a la infancia.
Hoy guardo esa breve hora de pornografía ordinaria como uno de mis mejores momentos como cinéfilo.
Escribo con la polla y firmo un truco de sabor. Ídolo del cacao, mi falo se vuelve comestible para los que pueden chupar su significado.
¿Es inconcebible, entonces, desear simplemente reivindicar la adorable belleza de la propia bursa, de esas simples bolas que aprecio, mis testículos?
La feliz exhibición del pene, flácido o rígido, como condición para la libre expresión de una masculinidad sencilla y plena.
Sí, desde la infancia, la violación es la vida, pero la vida es también lo que queremos hacer con ella para que nuestros padres simbólicos se conviertan en fantasmas.