
Talleres corporales de verano
Una conciencia y un cuerpo: desnudez y performance bajo el sol. Ocho sesiones de taller dedicadas al cuerpo expuesto a través de la performance.
Formación LIVE SCENE | Prácticas
Ofrecen, de forma diferente para cada sesión, claves de juego que se pueden coleccionar a lo largo del tiempo en un "ajuar" personalizado, según la frecuencia de la práctica y el uso que se quiera hacer de ella.
Mejor que las llaves son los passepartouts, configurables a voluntad mediante anidación, superposición, enlace...
Las prácticas son el entorno ideal para sumergirse en el juego y codearse con diversos mundos. También son los trampolines perfectos para verse proyectados hacia sus propios mundos creativos, a menudo insospechados o hasta ahora considerados con una mezcla de miedo y emoción.
El ambiente y el entorno de los cursos suelen hacer posible todas estas expresiones. No vienes aquí sólo a buscar una educación, sino a explorar tu libertad y explotar tu potencial personal mientras te codeas con el de los demás.
No pretenden ser nada más.
No son ni una promesa de empleo en futuros proyectos, ni una forma de audiencia encubierta como se suele proponer. La obra no entra en estos ámbitos de profesionalización del teatro ni en otros. En cualquier caso, no de esa manera.
Se abren a la posible utilización de su propia poesía. Son passe-droits; autorizaciones que a veces faltan en su educación y que uno no ha encontrado la manera de darse para legitimar su deseo. No hay que avergonzarse de ello, ya que, en efecto, es extremadamente difícil, incluso en nuestra sociedad, encontrar el lugar, la energía y el cauce para la expresión individual y singular, fuera de los caminos de los demás y que no siempre nos conciernen en primer lugar.
Los temas propuestos en los cursos Escena viviente son muy variados, pero su enfoque siempre apunta al mismo objetivo: el desarrollo del individuo a través del poder del colectivo.
Esto sólo puede hacerse en un marco tranquilizador y empático, en el que el límite -no moral, sino ético- viene dado naturalmente por la consideración mutua. Desde este punto de vista, el caldo de cultivo de todas las formas de juego puede traducirse en dos conceptos esenciales y fundamentales: vvigilancia a escondidas y bcaramelos para los ojos. Se trata de sembrarlas y cultivarlas juntos, como preámbulo de cualquier actividad lúdica conjunta. El primer fruto precioso de esta germinación es el despertar de las mentes y los cuerpos al "presente".
Salir de la anestesia cotidiana de la propia curiosidad por el mundo y del encierro de uno mismo para convertirse en un observador de lo que ocurre "aquí y ahora" es el objetivo y la clave.
Todo el mundo, y un artista más que nadie, trabaja exclusivamente en su propio desarrollo creativo.
Esto es ciertamente necesario para que la inventiva encuentre su auténtico carácter. Esto no justifica, en mi opinión, la locura insufrible de algunos artistas que se creen indispensables para la marcha del mundo, ni el lugar que este mismo mundo cree estar obligado a dar a unos pocos símbolos que son sagrados por un tiempo.
Hay que estar convencido de que hay pasajes, a veces profundamente enterrados, que conducen a la verdadera expresión personal y que existen potencialmente dentro de cada individuo. Son preexistentes a la propia conciencia. Todo ser humano da un espectáculo de sí mismo. No puede hacer otra cosa para comunicarse y, sobre todo, no sabe hacer otra cosa. De este estado de cosas se derivan muchos malentendidos en la vida cotidiana, emocional y profesional.
Es difícil de determinar.
Es cuando uno se cree sincero que suele ser el más ingenuo consigo mismo, o incluso el más necio al presumir y al lado de la situación que se presenta. Así, la multitud de comportamientos autoconscientes constituye el talento inventivo del género humano tanto como su pretensión insoportable y, a gran escala, a menudo catastrófica en sus consecuencias.
Entonces, ¿por qué molestarse, en medio de las decenas de obligaciones que ya nos impone la vida, en intentar dar rienda suelta a su pensamiento poético y a los actos artísticos que de él se derivan?
Esencialmente para responder a dos apetitos secundarios de la vida y quizás precisamente por ello, indispensables para caracterizarnos como seres pensantes:
Es decir, ampliar el campo de visión sobre la propia existencia y el entorno en el que se desarrolla; hacer más móvil la mirada sobre los seres, las situaciones y las cosas.
De este primer punto fluye naturalmente la siguiente característica:
Hay una tercera y fundamental ventaja en querer sumergirse en este misterio poético que caracteriza a nuestra extraña especie, situada en el estadio actual de nuestra evolución, recordemos, a medio camino entre la animalidad primitiva y la más refinada divagación filosófica:
Se trata del paradójico sabor de la complejidad...
Sí, nos gusta nos complican la vida en el sentido original de la palabra. Nos complace no ceñirnos a donde la balanza pueda satisfacer su ley. Esa es la sede de todo el progreso.
Este disfrute intelectual, bajo este término a menudo utilizado peyorativamente, intelectuales denigrado voluntariamente por temperamentos voluntariamente frustrados. Se puede entender y admitir fácilmente, a través de esta pretendida autoprotección, el miedo a enredar los pinceles y sufrir innecesariamente al sentirse amenazado de ahogarse en una vida ya de por sí desordenada y difícil de manejar.
Donde este sesgo se queda corto, es donde se jacta de querer ignorar todo lo relativo al placer particular que hay para el ser humano en reflexionar sobre su condición y más allá, la de sus semejantes y la naturaleza animal de la que constantemente intentamos extraernos.
Sin embargo, no todo es desolación al toparse con el límite de las propias posibilidades. Es incluso lo contrario, si no lo convertimos simplemente en una queja desafortunada y egocéntrica.
La ira es un sentimiento devastador, pero activo, que provoca cambios y fomenta la asertividad.
La queja, el lagrimeo, la complacencia refunfuñante, la reivindicación que se contenta con expresarse sordamente, constituyen un abanico de soluciones hacia adentro sin otro efecto positivo que el de mantener el propio inmovilismo. El soliloquista ansioso, malhumorado o desesperado tiene la única virtud de conseguir que nada cambie para él y de reforzar la mala fe que no quiere reconocer la falta de audacia.
Sin embargo, hace falta una pequeña dosis de valor para dar un paso adelante, pensando en voz alta: "Yo soy".
Nada que ver con el que se necesita para ir a la batalla a defender el propio campo, bajo coacción y coerción.
El valor de ser artista es un valor mediocre, al alcance de todos. No es ahí donde radica su valor, así que mejor no hacer de su expresión un obstáculo para darle la oportunidad de nacer, porque sólo entonces empieza el trabajo.
Una vez cruzado el umbral, no es cuestión de valor, sino de desentrañar tus a priori, creencias, fantasías y demás quimeras sobre lo que puede ser la calidad de una propuesta artística que tendrás que acometer para ser algo más que un simple hacedor; que en este caso sería como haber salido de un bache para caer en el pozo de un oscurantismo comercial mucho más oscuro.
La masa de preguntas y cuestionamientos puede ser considerable, según el punto de partida. Por lo tanto, hay que estar abierto a descubrirse a sí mismo de una manera diferente a la que uno había imaginado previamente. Limpiar el cristal del espejo, ese es el trabajo, y se trata de mantenerlo limpio. Una pequeña limpieza no es suficiente. Clara y lúcida, es bajo este aspecto que debe renovarse la mirada. Los artefactos culturales y morales se raspan y eliminan sin rayar nada de la capa principal. Bajo el cristal, una vista impecablemente restaurada espera ser vista, leída, sondeada, descifrada. Esta imagen contiene todas las demás; las que vendrán en particular, que podrán guiar al autor hacia lo que quiere lograr. Porque esta elección existe. Ninguna obra está determinada desde el principio por las únicas aptitudes de quienes la van a realizar. Todo vale.
Componer, proyectar, inventar desde cero son las herramientas de la puesta en escena. Sería atrozmente simplista y peligrosamente susceptible de hacernos volver a la religión, invocar una sinceridad sacada de la peor culpa, como si tuviera que preexistir a la obra o al gesto. A estas alturas, ya no debemos nada a nadie y ese es el objetivo del proceso: S...para conceder un gigantesco universo de libertad desde un diminuto y estrecho corredor.
Así que todo empieza por aprender a mirar hacia otro lado.
Debajo de las faldas, en los pantalones, bueno, empieza a ser más fácil que hace unos años. Pero el escudo fenoménico del mundo social desactiva cualquier agresión o defecto de su sistema transformándolo en un efecto de moda, es necesario volver a empezar constantemente desde el origen para mantener la independencia del pensamiento y la latitud real del comportamiento.
Así, contra los vientos, las mareas y las decepciones casi rituales y permanentes, el artista creador debe ser un Feliz Sísifo*Porque toda su fuerza radica en una inalterable obstinación por volver a empezar desde cero, lo que puede llevarle a ninguna parte.
En el medio, el viaje es fantástico y diferente a cualquier otro en términos de sentido íntimo de sí mismo.
*Sísifo en Wikipedia | Enlace en idixa.net a un extracto del texto de Camus "Hay que imaginar a Sísifo feliz"
¡Está vivo!
A través de varios temas: burlesco, técnicas, intrigante, clásico... los talleres permiten pasar unas horas o unos días jugando, descubriendo y haciendo invenciones que conforman la gran improvisación colectiva.
Para los entusiastas de la investigación que gustan de ver la interpretación como un campo de investigación permanente
SMS
Una conciencia y un cuerpo: desnudez y performance bajo el sol. Ocho sesiones de taller dedicadas al cuerpo expuesto a través de la performance.
Algunos objetivos del taller "Totalmente desnudo": Arriesgarse en un baño corporal. Permítase la libertad de permanecer allí. Tranquiliza tu miedo. Enfrentarse al deseo.
Una jornada de actuación participativa desnuda o vestida dirigida por David Noir, para intentar aportar un poco de verdad al juego, si no a la vida.
Un paseo hacia el nacimiento de una improvisación colectiva basada en la performance participativa Iconicum entregada al Generador.
"Todo debe desaparecer" pretende que sus participantes perciban este eclipse total de la confianza en sí mismo que hace el intérprete en la verdadera investigación.
El principio del taller "Iconicum" consiste en improvisar a partir de composiciones reconstituidas en directo a partir de cuadros maestros o fotografías.
"Mirar hacia otro lado" es el principio mismo del teatro, sin el cual sería imposible representar una situación que choca con nuestros códigos y nuestra moral.
En este taller de interpretación, se trata de ser totalmente actor y plenamente espectador, artista, individuo cotidiano y también investigador.
No es fácil producir un grito libre, lo suficientemente auténtico como para encontrar su lugar natural en la voz y sin rayar la garganta.
La mezcla de naturalezas que nos conforman y las contradicciones que nos amasan son los hilos conductores de esta jornada de formación.
Partiendo casi de la nada, aprender a improvisar libremente permite ampliar el potencial lúdico de cada uno a las dimensiones de su propia imaginación.
Utilizando varios disfraces, máscaras y accesorios, este taller de un día de duración ofrece a todos la oportunidad de desarrollar una identidad distintiva.
Jugar desnudo es en sí mismo un discurso. El objetivo de este taller es entender la desnudez como una herramienta relacional, lúdica y escénica.