Escena y arte de vivir
Mi arte de vivir se nutre de la alegre obscenidad de la infancia; disfraces, maquillaje, genitales manipulados como juguetes y sexualidades...
requisito
Mi arte de vivir se nutre de la alegre obscenidad de la infancia; disfraces, maquillaje, genitales manipulados como juguetes y sexualidades...
Yo, paso mis noches en el refugio. De todo. Protegido de ti, a pesar de tu suave y melodiosa voz tan preocupada por la radio, higiénico y preocupado.
He dicho lo que tenía que decir. Hice lo que tenía que hacer. No le debo nada a nadie. El sabor correcto me rompe las pelotas.
El valor es un tabú, y cada uno tiene su propia manera de convencerse de que no está completamente desprovisto de él.
Jugar de verdad es enfrentarse a la simplicidad del ser, a la banalidad de los cuerpos y los deseos, a la ferocidad de nuestra naturaleza y, finalmente, divertirse con ella.
Optar por el arte es elegir vivir bajo el dominio totalitario de un dios sumiso; uno cuyo gobierno llega por absorción de quien lo domina.
Me importa un bledo la vida emocional y social de mis contemporáneos. Por último, si lo permites, ¡degenero en paz!
Como dice Víctor sobre la araña y la ortiga -no el Dr. Frankenstein, sino su amigo el viejo Hugo-, amo el odio porque lo odiamos.
Los artistas, los verdaderos que tendrían algo que decir, odian al mundo y no le dicen nada, ¿verdad? Y es mucho mejor así, ¿no?
Eres muy amable... pero creo que intentas imponerme tus creencias. Sí, eso es lo que pienso. Pero eres muy amable...