El pequeño negocio de la amabilidad
El miedo es ahora más miedo que miedo. Se disuelve en la superficie y renace en un pequeño pedo de benevolencia compartida...
real
El miedo es ahora más miedo que miedo. Se disuelve en la superficie y renace en un pequeño pedo de benevolencia compartida...
Saber divertirse y reírse de todo siempre será una prerrogativa del individuo libre. El cuidado de las nalgas es un trabajo de utilidad pública.
Ya sea escénico, textual, sonoro, visual o gráfico, mi arte es exclusivamente sexual. Tiene su origen en la fascinación por nuestros cuerpos.
Mi pornografía es el espacio gozoso de mi excitación y el retiro voluptuoso de mi quietud. Es el complejo soleado de mis pensamientos.
Detrás de los ordenadores, las letras parecen absolutas. ¡Qué hermoso anonimato para no enfrentarse a uno mismo!
El intercambio no es un proceso que se conforme con la convivencia superficial. Sus posibilidades son tan frágiles como el deseo que las origina.
Denostar la exhibición sexual es negar la realidad del coito, la más banal de nuestras realidades, en favor de un autoengaño, la madre de todas las violencias.
Mientras busco la solución, me asfixio en la web y en la página bidimensional. Espero una tercera para un arte narrativo no lineal.
Fantasma, yo vivo aquí. Vivimos aquí. Aquí, la autoimagen es la base de todo. La base de todo en nuestro mundo social. Es la base.
Los artistas, los verdaderos que tendrían algo que decir, odian al mundo y no le dicen nada, ¿verdad? Y es mucho mejor así, ¿no?