Mi propio odio, me habla de aventuras...
Como dice Víctor sobre la araña y la ortiga -no el Dr. Frankenstein, sino su amigo el viejo Hugo-, amo el odio porque lo odiamos.
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Disfruto vomitando la "Mierda del pensamiento", que debería ser expulsada como si fuera un excremento. En definitiva, todo lo que perjudica y no pertenece a la construcción de la propia identidad; todo lo que la traiciona o la mantiene oculta: principios educativos estúpidos, respeto y mimetismo a priori de ideologías ajenas a uno mismo, sentimiento de obligación rastrera de ser aceptado por una comunidad...
Como dice Víctor sobre la araña y la ortiga -no el Dr. Frankenstein, sino su amigo el viejo Hugo-, amo el odio porque lo odiamos.
Mi gran capacidad de adaptación es una violencia absoluta para mí. Odio cualquier relación que me obligue a hacerlo. Raro es el que va como yo quiero.
Artistas defectuosos, artistas demasiado débiles, incapaces de hacer que este mundo escape de un terror depredador... Ultraviolencia artística, ¿dónde te escondes?
Los artistas, los verdaderos que tendrían algo que decir, odian al mundo y no le dicen nada, ¿verdad? Y es mucho mejor así, ¿no?
Cuando te escandalizas por algo que existe, es porque te has hecho una idea del mundo pero no sabes nada de él.
El verdadero individuo, al aventurarse fuera de su habitación de aislamiento, se desmaya al contacto con el aire. Se niega a encarnarse de forma legible en sus palabras y actos
Intento de evasión social | Aquí no hay lugar para la charla social. Ni siquiera en una buena mañana. Y menos mal.
Empieza por socavar la base de mi naturaleza. Poner la moral por las nubes y esperar a que el... cemento cuaje... los anchos culos de las vacas que viven aquí...
El camino al infierno está pavimentado con buenos sentimientos tanto como el camino al Mago de Oz está pavimentado con brillantes ladrillos dorados. Nocividad.
El tiempo se vela hacia atrás, arroja un tul teatral sobre la visión detallada de los antiguos crímenes. La belleza trágica de la historia es más agradable que el horror inminente.